Queridos hermanos del Santísimo Cristo de la Sangre y María Santísima de los Desamparados.
Hoy, de una manera especial, dentro de esta crisis que estamos viviendo, querría sentirme más unidos a todos vosotros.
No salen hoy nuestros titulares pero queremos acompañarlos como si lo estuviéramos haciendo.
Viviendo en nuestros corazones el dolor de Cristo y el desamparo de María.
Él carga hoy con la cruz de esta pandemia y Ella sufre el desamparo de todos los que pasan por la soledad y el dolor.
Ánimo hermanos, Cristo muere hoy por todos nosotros. El nos salva del mal.
Un fuerte abrazo.
Vuestro amigo y director espiritual. Gonzalo.